El equipo económico que lidera Sergio Massa dispuso un reajuste en el Plan de Segmentación de Tarifas lanzado por el Gobierno nacional, y apunta a triplicar los ahorros en subsidios de luz, gas y agua previstos mediante el anterior esquema, diseñado durante la gestión de Martín Guzmán.
El Gobierno nacional estima que se evitará desembolsos por $50.000 hasta fin de 2022, gracias al nuevo esquema de topes de consumo presentado este martes por la secretaria de Energía, Florencia Royón.
De acuerdo a las proyecciones preliminares que todavía terminan de ajustar en la Secretaría de Hacienda, a cargo de Raúl Rigo, esos $47.500 millones que corresponden a energía eléctrica y gas, y otros $2.000 millones para agua potable, contrastan con los $15.000 millones que había anunciado como poda fiscal nominal el entonces secretario de Energía Darío Martínez.
La etapa más pronunciada del recorte fiscal tendrá impacto en las cuentas públicas el año próximo. Según cálculos, esa cuenta sería de hasta 0,5% del Producto Bruto. La cifra es relevante, teniendo en cuenta que el acuerdo el Fondo Monetario Internacional prevé una reducción del déficit primario desde 2,5% en que debería terminar el 2022, hasta 1,9% el año próximo, es decir de 0,6 puntos porcentuales del PBI de diferencia.
De esta manera, casi todo el ajuste del gasto que debería hacer el sector público en 2023 según la hoja de ruta planteada con el FMI estará recostado sobre el nuevo esquema de subsidios con tope de consumo, que empezará en los próximos meses, consignó Infobae.
En términos nominales, el Gobierno calculó -con valores actuales- que se trataría de unos $500.000 millones, algo que ya había estimado el equipo económico en un principio.
Tope de consumo subsidiado
La principal fuente de ahorro para estará explicado por el tope al consumo subsidiado de luz y de gas, que de ese número total representará unos $445.000 millones durante 2023. Los $45.000 millones restantes llegarán por el rediseño del sistema de subvenciones al agua potable.
La cuestión fiscal apareció como uno de los temas de la agenda urgente del ministro de Economía Sergio Massa. En ese sentido, el funcionario mencionó algunas decisiones a su llegada, como la puesta en marcha de topes de gasto para el sector público, un estricto congelamiento de las plantas de personal estatal y la prescindencia de emisión monetaria desde el Banco Central hacia el Tesoro.
Otra pata del programa económico del tigrense se apoyará en la posibilidad de fondeo en el mercado de deuda en pesos. El éxito que tenga el Gobierno para conseguir pesos en el mercado de capitales marcará la posibilidad de cumplir con el recorte de gasto necesario para ajustarse a la meta fiscal de 2,5% acordada con el FMI.
Según proyecciones que le acercaron al ministro, con la velocidad actual del gasto, el sector público terminaría el año con un rojo primario equivalente a 3,2% del Producto. Ese desvío de 0,7 puntos, a valores de hoy son unos $530.000 millones.
El nuevo cálculo que hacen en la Secretaría de Finanzas tras el canje de bonos de la semana pasada es que quedarán, hasta que finalice este año, unos 1,5 billones entre los cuatro meses que restan del 2022, de los cuales $600.000 millones estarán concentrados en noviembre.